12/11/10

Quieto


Cuando el cuerpo se haga petardo
y estalle en el adentro infinito
de la inconciencia
su tartamudez abandondada
brindará un nuevo y jubiloso
precipicio materno…
Láminas, filos, bisagras y grises
devenirán elásticos incesantes
en torneos de instantaneidad
cuando la memoria se dilapide
en centésimas de segundo
y rasgando cuerdas sordas
se enturbie la incógnita
hasta abatirse tras
su propia profusión irresponida

Tal vez se vuelvan legibles
las taperas del cosmos
frívolos parajes donde pernoctar
para disfrutar del espectáculo
de los últimos recursos en asamblea
Y habrá tacos altos pisando lenguas
atomizadores de sueños
rociando membranas inundables
trineos impulsados por palomas
derritiendo canales
ballenas anfibias aspirando el aire
líquido de los mares
eclipses de rostros falaces
colapsos de máscaras
La nave de la vida se
volverá un ingobernable
instinto de infravivencia
pendiendo del núcleo intangible
del campo magnético
de las huellas fósiles
y del rumor menguante
de las ondas sanguíneas

Escombros, sedimentos inútiles
rollos de mares muertos
ignorados e ignorantes
y una sonrisa de aluminio
terca como el polvo
se desmontará de su rostro
para prenderse en el viaje de clausura

Ni tiempo de hacer las valijas
sólo volver a estar apagado y quieto
nuevamente a su merced...

7/11/10

El duelo de los deudos


Amague atávico
señorío de la desgracia infinitiva
El bailarín desliza hasta la quietud
los nudos quebrados
de sus miembros volantes
El contrato con el ritmo
ha cesado en su cuerpo
El reposo eterno
se edificará sobre la lava
del responso eterno…

Y en el patrullaje de las congojas
irán abanicándose las rabias
morbosas como aliento
de sangre avinagrada
y las tristezas ungidas
en retroalimento
de fervores militantes
ostensibles como colgajos
en el lábil rostro de los deudos…

Un ente homógrafo al que pereció
y ya duerme en un campo de espinas
inicia el trámite de su renacimiento
Se revuelven los mil y un herederos
todo parece desmembrarse
bajo la presunta anarquía
de la ausencia que implora ser callada
como si envileciera el latido
del dolor inapropiable


En tensas locaciones
de valles suburbanos
por orden alfa mítico
inclasificables herederos
se batirán finalmente por el botín del eco

Será el gran duelo de los deudos
reyerta ceremonial
inmolación indeclinable
Nadie estará bendito
por una ventajosa
elección de las armas
y sólo la luz inspectora
del unánime sentimiento
podrá restaurar el cielo
dañado tras la refriega


Helando mañanas
el invierno del odio
mostrará pronto
su impiadosa decisión de regresar
Pero la nieve derretida
por las lágrimas anónimas
se tornará vapor locomotor
estela de pretensiones
con su calor latente
en tránsito
hacia la instalación
definitiva
de la primavera…